¿Cuál es la diferencia entre ricotta y feta?
Feta es un producto de origen griego elaborado con leche de oveja o cabra, e incluso con leche de vaca o de búfala. El queso feta real es particularmente rico en calcio (salud ósea), tiene un buen nivel de potasio (para el equilibrio ácido-base) y vitaminas B (inmunidad, sistema nervioso). Es también rico en proteínas, por lo tanto muy saciante, y su leche de oveja también lo hace más digestible.
El queso feta es un queso griego fresco, elaborado con leche de cabra o de oveja. Sin embargo, Feta toma su nombre del italiano “Fetta”, que significa “rebanada”, lo que se explica por la forma en que se presenta este queso.
Origen del Queso Feta
No hay datos exactos sobre el nacimiento real del queso feta, aunque se apunta a que comenzó a elaborarse hace unos 8.000 años en las aldeas griegas.
Sin embargo, su denominación data del siglo XVIII y proviene de la expresión italiana “fetta”, por el hábito de guardarlo en lonchas dentro de los barriles. En alguna obra de Homero se menciona ya el proceso de elaboración de este tipo de queso, por lo que se puede constatar estos datos.
Su producción en la actualidad sigue muy ligada a los métodos más convencionales, por lo que no siempre se puede decir que el queso feta es pasteurizado, aunque es cierto que en ciertas variedades sí se emplea la leche tratada de esta forma.
Se trata de un queso cremoso y su sabor es muy suave y más o menos salado y posee 285 kilocalorías por cada 100 gramos. El feta es un producto lácteo que aporta mucho calcio a nuestro organismo. Además es un queso muy rico en vitaminas: B12 y B2: imprescindibles para el normal funcionamiento del cerebro. B: contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso.
¿Cuál es la diferencia entre mozzarella y queso feta?
El feta y la mozzarella son dos quesos diferentes que tienen su propio sabor y textura. El feta es un queso griego duro y salado, mientras que la mozzarella es un queso italiano suave y cremoso. Para hacer Feta, es “simple”: debe usar un mínimo de 70% de leche de oveja y un máximo de 30% de leche de cabra.
¿Cómo reconocer un feta real?
Puede reconocer un buen queso feta por su textura, que es a la vez firme, fundente y ligeramente desmenuzable. Teñido de un bonito color blanco marfil, no debe quedar demasiado seco. Su sabor es fresco y ligeramente salado en boca.
La sal es parte del proceso de elaboración del queso, por lo que cualquier queso es inherentemente salado. Su especiado especial, que resulta del almacenamiento en salmuera, le dá al queso feta un sabor único y una sequedad única, comparable a la de un vino seco.
¿Cuál es la diferencia entre el queso de oveja y el queso feta?
La principal diferencia entre el queso feta y el queso de oveja es que el queso feta puede contener hasta un 30% de leche de cabra, mientras que el queso de oveja solo se elabora con leche 100% de oveja.
Su especiado especial, que resulta del almacenamiento en salmuera, le da al queso feta un sabor único y una sequedad única, comparable a la de un vino seco. Algunos quesos blancos se elaboran exclusivamente con leche de vaca. Esto da como resultado una textura más cremosa y elástica.
¿Qué es mejor queso pastor o queso feta?
El queso de oveja puede tener más poros y el queso feta es más suave y menos poroso, pero estas diferencias son mínimas. En términos de sabor, el queso de pastor es, con mucho, el más suave. El feta y el queso de oveja tienen una nota ligeramente ácida.
Se suele presentar en porciones rectangulares o en forma de cuña, con algunas grietas o pequeños huecos en su pasta. Se trata del queso más popular de Grecia, donde recientes estudios apuntan a que cada habitante consume de media 10,5 kg al año, aunque también es muy popular en países como Bulgaria, Dinamarca o Turquía.
El queso feta es un artículo que se consume normalmente recién elaborado y sin mucha maduración, que se puede mantener sumergido en aceite de oliva o salmuera. En cambio, se debe conservar en un entorno húmedo para que se pueda degustar en óptimas condiciones.
Propiedades del queso feta
Las propiedades del queso feta son muy variadas, debido a la calidad de sus componentes. Es rico en proteínas, calcio, fósforo o zinc, entre otros aspectos positivos, ya que contribuyen a fortalecer la salud ósea y dental o del sistema inmunitarios.
Sus ingredientes ayudan también al equilibrio de lípidos o a la transmisión de los impulsos nerviosos. Además, también contiene vitaminas como la riboflavina, causante de la formación de glóbulos rojos y anticuerpos, y las de las gamas A y B.
La suma de todos estos componentes pueden ayudar frente a los dolores de cabeza, problemas oculares o enfermedades digestivas.
Como hemos mencionado anteriormente, uno de los aspectos por los que más destaca el queso feta es por las calorías que contiene, pues aporta unas 260-280 kcal por cada 100 gramos, por lo que está muy presente en las dietas de baja aportación de calorías para bajar de peso.
Recetas con queso feta
El queso feta puede ser protagonista en numerosas elaboraciones culinarias, desde una ensalada con queso feta o queso feta frito, podemos encontrarnos este producto en tostas, a usarlo en tortillas, pasta o pizzas, o como complemento de frutas, verduras o frutos secos.
Comprar queso feta
Es mejor comprar queso feta tradicional producido con un 30% de la leche de cabra se mezcla con la leche de oveja de animales que pastan en pasturas en las regiones específicas de la denominación de origen. Efectivamente, el ambiente local, las razas de animales y las culturas tienen un impacto en la textura, el sabor y el aroma del queso feta.
Tras una maduración de 2 meses, el queso se vende en bloques sumergidos en la salmuera. El queso se puede usar como queso de mesa o fundido en una ensalada griega tradicional, spanakopita, pizza o pastel.
Tiene un sabor delicioso con aceite de oliva, pimientos rojos asados y nueces. Si es necesario, se puede lavar con agua para eliminar la salinidad adicional. El sabor salado de Feta combina bien con cerveza y vinos.